En un Conversatorio organizado por los estudiantes de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panama, la ministra de Relaciones Exteriores Janaina Tewaney Mencomo, exhortó inicialmente a los estudiantes presentes a desarrollar una oportuna “capacidad y flexibilidad para que todos seamos lo suficientemente libres de analizar la política exterior y sus relaciones internacionales”.

La canciller Tewaney Mencomo, mencionó que, para poder entender la actualidad del mundo, es necesario conocer la cronología histórica de nuestra civilización; principalmente, aquella que surgió desde la denominada la “Gran Divergencia”, en el Atlántico Norte, hace 150 años, y el progreso significativo que generó en la posteridad humana (y actual), comparándola con la realidad nacional y sus exponenciales cambios post invasión estadounidense.

Seguidamente, expone sus argumentos sobre las tensiones que existen entre los países hegemónicos, delimitándose a modo de ejemplos, en la guerra tecnológica-económica que acaece entre los Estados Unidos y China, y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, como parte de una “incomodidad geopolítica” que afecta a todas las naciones del mundo, incluyendo Panamá.

De igual forma, hizo una elocuente y concisa mención de los “Bienes Globales Comunes” que todos “como dueños” debemos proteger; ya sean atmosferas, biodiversidad, océanos, ciberespacio y similares. En este contexto, resaltó la importancia de seguir potencializando el uso y manejo de la Inteligencia Artificial, con el fin de que “no estemos condenados a repetir la historia, sino mas bien, preparados para todas las dinámicas y cambios de este nuevo mundo”.

Referente a la realidad actual de América Latina, la canciller hizo una clara proclamación en torno a la “integración (y unión) latinoamericana”, bajo el propósito de enmendar dos dificultades latentes y frustrantes en nuestra región: dejar de ser el continente más desigual del mundo y la violencia.

En el contexto nacional, emitió el compromiso y los valores políticos de Panamá con la nombrada Alianza por el Desarrollo en Democracia (ADD), conformados por Costa Rica, Ecuador, Panamá y República Dominicana, como un nexo conjunto de estos países.

Finalmente, concluyó su discurso en base a la confluencia de dos dinámicas: una histórica y otra demográfica. La primera, radica en “el hecho innegable de que Panamá alcanzó su principal objetivo geopolítico (en 1903) y su soberanía plena (en 1999) durante el Siglo XX”.

A estos “dos Panama”, en términos tecnológicos, les llamó alegóricamente “El Panamá 1.0 y 2.0”, correlacionado con el transformador “Panama 3.0 de la era millennial”, que se aproxima como parte de un “país nuevo”, fundamentados en base a la educación y superando la ineficiente “gran resignación” que produjo la pandemia, mediante el impulso de concursos públicos de ingresos a las carreras diplomáticas y consular, que les permita “enfrentar un mundo tan convulso y extraño”.