El Ministerio de Relaciones Exteriores informa que luego de grandes esfuerzos para llevar al Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, una propuesta de diálogo entre los países de la región para analizar y buscar en conjunto una salida a la delicada situación que afecta a la República Bolivariana de Venezuela, no hubo acuerdo entre los países miembros al considerar que no era oportuno en este momento convocar una reunión de consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.
Con la iniciativa de Panamá solo se buscaba plantear una alternativa para un debate respetuoso sobre ideas e iniciativas que coadyuvasen al diálogo entre los venezolanos. Hemos apostado por la paz del hermano país fundamentando esta búsqueda en el más estricto respeto a los principios y propósitos establecidos en la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana, así como en el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Nos hemos apegado del principio de la no intervención de los asuntos internos de otros Estados.
Tal como lo señala el Secretario General de esa Organización, nadie puede sugerir que una simple reunión en la OEA, realizada con arreglo a las normas que nuestros propios países han aprobado de manera unánime, sea una “injerencia indebida o una forma de intervención”. La Delegación Panameña en la OEA se ha visto obligada a votar en contra de la Declaración adoptada por los representantes de los Estados Miembros, por considerar que esta no cumple con los objetivos que animaron a Panamá para llevar a la Organización la propuesta de diálogo multilateral que permitiera proponer ideas para el acercamiento de todos los sectores de la sociedad venezolana y el Gobierno de ese país, perdiéndose así la oportunidad de contribuir al fortalecimiento del diálogo político y de la democracia en el hermano país. Consideramos que la decisión adoptada por el Consejo Permanente de la OEA no propicia un genuino diálogo nacional con la participación de todos los sectores sociales y políticos. Tampoco determina líneas de acción para que la OEA le dé seguimiento y contribuya de manera más activa al logro de un verdadero diálogo con miras a alcanzar la paz en Venezuela. No podemos apoyar decisiones que, solo con el pretexto del consenso y tratando de quedar bien con todas las partes, no profundizan en la búsqueda de soluciones a graves problemas como los que atraviesa la sociedad venezolana.
Reconocemos que la Declaración adoptada aborda temas importantes como el respeto a los derechos humanos, repudio a la violencia y a la intolerancia, condolencias por las víctimas y aliento al diálogo, los mismos objetivos que motivaron el accionar de Panamá para contribuir al logro de la paz en la hermana nación y que fueron mencionados en los comunicados emitidos por nuestra Cancillería en febrero pasado, tachados como injerencistas por el gobierno de Venezuela. Esta Declaración demuestra que la iniciativa de Panamá era correcta, ya que propició que el tema se debatiera en el seno del organismo más representativo del continente y que se generara más conciencia, aún cuando los resultados obtenidos se quedaran cortos a criterio de Panamá.
Adicionalmente, ha quedado en evidencia que los mismos temas sobre los que se ha encontrado un grado de consenso en la Declaración emitida, fueron aquellos que el Gobierno de Venezuela, lamentablemente, tachó de «intervencionistas» para servir de excusa al llamado a consultas de su Embajadora en Panamá, a los insultos y acusaciones preferidas en contra del Jefe del Estado panameño y su Canciller, y a la subsecuente ruptura unilateral de relaciones diplomáticas y demás medidas económicas y comerciales que el Gobierno de Panamá considera son inaceptables y desproporcionadas. El Ministerio de Relaciones Exteriores informa que Panamá, respeta la decisión adoptada por los Estados miembros de la OEA sobre la situación que afecta al hermano pueblo venezolano.
Sin embargo, el Gobierno Panameño reafirma su voluntad de continuar apoyando iniciativas que conlleven al proceso de un diálogo nacional amplio e inclusivo de todos los sectores sociales. Panamá ha demostrado que es un país dialogante, creyente en el Sistema Interamericano, en el respeto entre los Estados y amante de la paz que desea mantener las mejores relaciones con todos los Estados.