Por: Isabel de Saint Malo de Alvarado
Vicepresidenta de la República de Panamá
Artículo publicado en «The Guardian» el 21 de abril de 2016

Una gran cantidad de documentos filtrados que tienen que ver con compañías “offshore” ligadas a los ricos y famosos han puesto en evidencia hasta que extremo son vulnerables los centros financieros y corporativos de todo el mundo a los abusos de quienes buscan esconder sus riquezas. Este asunto ha sido catalogado injustamente como “los Papeles de Panamá”, a pesar de que, como lo muestran los documentos, la evasión fiscal y los crímenes financieros son problemas globales a los que ninguna nación es inmune.

Los más de 11 millones de documentos que aparecen en la filtración, muestran que la mayoría de las corporaciones formadas por Mossack Fonseca, una compañía con sede en Panamá y filiales en todo el mundo, en realidad han sido constituidas en países diferentes a Panamá.

Aunque debemos mantener la presunción de inocencia, Panamá reconoce su papel y responsabilidad de investigar a cabalidad y penalizar cualquier actividad, en apego estricto a nuestras leyes. Dichas investigaciones se están realizando a través de las instituciones pertinentes de nuestro país y se apoyan en el hecho que en años recientes, en especial en los últimos 20 meses bajo la administración del Presidente Varela, Panamá ha fortalecido sus mecanismos legales con relación al blanqueo de capitales.

Aun así, también sabemos que este reto no solamente sobrepasa Panamá, sino que también va más allá de la política. El mundo debe trabajar unido para luchar contra el reto sistemático de la evasión fiscal que a nivel mundial priva a los contribuyentes de hasta US$200 billones cada año. Por esta razón Panamá ha establecido una comisión independiente co-presidida por el premio nobel Joseph Stiglitz, con el objetivo de evaluar nuestro sistema financiero, determinar las mejores prácticas y recomendar medidas para fortalecer la transparencia legal y financiera a nivel mundial. Esperamos contar con los resultados en seis meses y los compartiremos con la comunidad internacional.

Estas medidas se dan luego de una serie de reformas en Panamá, encaminadas a promover mayor transparencia financiera. Desde que asumió el cargo en el 2014, el Presidente Varela implementó nuevas regulaciones de “conoce mejor a tu cliente” y continúa desarrollando una robusta red de tratados que permite el intercambio de información corporativa y legal.

Aún más, hemos implementado una legislación que permite identificar a los accionistas de las compañías constituidas en Panamá y hemos puesto en marcha regulaciones más estrictas para proveedores financieros y corporativos así como industrias claves no financieras.

Estas reformas y otras han sido reconocidas y validadas por la comunidad internacional, incluyendo el Grupo de Acción Financiera Contra el Lavado de Dinero (GAFI), que mencionó “el progreso significativo” de Panamá para combatir  el blanqueo de capitales, cuando nos retiró este año, en tiempo “record” de su lista gris. También progresamos de manera positiva en el Proceso de Revisión Paritaria del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información Tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El término “Papeles de Panamá” es más que un nombre impropio e injusto, este refleja un profundo concepto equivocado del sistema financiero panameño en su conjunto. Siendo un centro de negocios internacional, Panamá trata de igual manera a las compañías domesticas o internacionales. La noción de que Panamá es un paraíso fiscal para las corporaciones internacionales surge del hecho que sólo gravamos los ingresos que se generan en Panamá no en el exterior. Sin embargo, todas las transacciones realizadas en Panamá están sujetas al pago de impuestos de acuerdo con las legislaciones pertinentes. Nuestro gobierno ha fortalecido las leyes, pero estas políticas son susceptibles de ser manipuladas con propósitos ilícitos.

Aún después de las recientes reformas, Panamá mantiene su compromiso de adoptar más cambios con el fin de cumplir las normas de transparencia internacionales de una manera justa y competitiva. Nuestro gobierno ha reiterado en múltiples ocasiones que tenemos el compromiso total e inmediato de implementar el intercambio de información automático bilateral en concordancia con los objetivos de las normas de intercambio de información de la OCDE. Además, estamos abiertos y dispuestos a entablar un diálogo internacional con los equipos técnicos pertinentes para evaluar los mecanismos multilaterales que se necesitan para implementar estás normas.

Por otro lado, continuaremos cooperando con el Reino Unido y otros países para perseguir los delitos que infrinjan nuestras leyes y continuaremos cumpliendo con los múltiples tratados internacionales que hemos ratificado con nuestros socios en todo el mundo.

Muchos olvidan que luego de años de vivir bajo una dictadura, Panamá es ahora una democracia estable. Nuestros esfuerzos para transformar a nuestro país en uno de los más importantes centros (hub) del hemisferio occidental han dado como resultado que más de 100 compañías transnacionales tengan su casa matriz en el país. Tenemos la esperanza de que a través de los esfuerzos de reformas que adelanta Panamá y una mayor cooperación internacional, nuestro país será aún más atractivo para las compañías que buscan actuar como ciudadanos globales responsables.

El camino de Panama hacia la transparencia es irreversible, pero la marcha hacia una transparencia financiera global debe ser colectiva. Panamá está dispuesta a cumplir con su parte.

Don’t blame Panama for the Panama Papers

A trove of leaked documents relating to offshore corporations with ties to the rich and famous has cast a light on the extent to which the world’s financial and corporate centers are vulnerable to abuse by those seeking to hide their wealth. The affair has unfairly come to be known as “The Panama Papers”, even though, as the documents show, tax evasion and financial crimes are global problems to which no nation is immune.

The more than 11 million documents contained in the leak show that the majority of corporations formed by Mossack Fonseca, a company headquartered in Panama and with affiliates around the world, are in reality incorporated in countries other than Panama.

While we must maintain a presumption of innocence, Panama recognizes our role and responsibility to fully investigate and penalize any illegal activities in full accordance with our laws. Such investigations are currently being carried out through the proper institutions in our country, and are aided by the fact that in recent years, particularly the last 20 months under President Juan Carlos Varela’s administration, Panama has strengthened our legal mechanisms regarding money laundering.

Yet we also know that this challenge not only goes beyond Panamá, but also beyond politics. The world must work together to fight the systemic challenge of tax evasion that globally deprives taxpayers of as much as $200 billion each year. That is why Panamá is setting up an independent commission co-chaired by the Nobel laureate Joseph Stiglitz, to evaluate our financial system, determine best practices, and recommend measures to strengthen global financial and legal transparency. We expect its findings within the next six months, and will share the results with the international community.

This step follows a spate of reforms in Panama aimed at promoting greater financial transparency. Since assuming office in 2014, President Varela implemented new “know your client” regulations and continues to develop a robust treaty network that allows the exchange of legal and corporate information.

What’s more, we have implemented legislation that allows the shareholders of all companies incorporated in Panama to be identified, and enacts stronger regulations for financial and corporate providers as well as key non-financial industries.

These reforms and others have been recognized and validated by the international community, including the Financial Action Task Force on Money Laundering, which cited Panama’s “significant progress” in combating money laundering when it removed us this year in record time from its “gray list.” We have also progressed positively in a peer review by the Organization for Economic Development’s Global Forum for Transparency and Exchange of Information for Tax Purposes.

The term “Panama Papers” is more than an unfair misnomer, it reflects a deeper misunderstanding of Panama’s financial system overall. As an international business hub, Panama treats foreign and domestic corporations the same. The notion that Panama is a “tax haven” for international corporations comes from the fact that we only tax income derived from Panama, not from outside. However, all transactions in Panama are taxable in accordance with the laws of relevant jurisdictions. Our government has strengthened our laws, but these policies can still be manipulated for illicit purposes.

Even with recent reforms, Panama remains committed to adopting more changes in order to comply with international transparency standards in a fair and competitive manner. Our government has reiterated on multiple occasions that we are fully and immediately committed to the implementation of bilateral automatic exchange of information consistent with the goals of the OECD’s Common Reporting Standards. Further, we are open and willing to engage in international dialogue with relevant technical teams to evaluate the specific multilateral mechanisms needed to implement these standards.

Additionally, we will continue to cooperate with the United Kingdom and other countries to prosecute offences that are outlawed in Panama, and continue to abide by the many international treaties we have ratified with our partners around the world.

Many forget that after years of being ruled by a dictatorship, Panama is now a stable democracy. Our efforts to transform our country into one of the premier economic hubs in the Western Hemisphere have resulted in the establishment of the regional headquarters of over 100 transnational corporations. It is our hope that through Panama’s reform efforts and increased international cooperation, our country will become even more attractive to multinational companies that seek to act as responsible global citizens.

Panama’s path to financial transparency is irreversible, but the march towards greater global financial transparency must be a collective one. Panama stands ready to play our part.