La Ministra de Relaciones Exteriores, Erika Mouynes, participó este martes en el conversatorio “Impacto del Cambio Climático en la Seguridad de América Central y el Caribe”, parte de la Sexta Conferencia Anual de Seguridad Hemisférica, organizada por el centro Adrianne Arsh para América Latina del Consejo Atlántico (AALAC) según sus siglas en inglés, el Instituto de Políticas Públicas Jack D. Gordon y el Centro Kimberly Green para América Latina y el Caribe, ambos parte de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos Steven J. Green de la Universidad Internacional de Florida. En dicha conferencia se planteó la necesidad urgente de adoptar medidas nacionales, regionales y globales para reducir los impactos del cambio climático. La Canciller, reiteró el compromiso de Panamá con este proceso multilateral, orientado a fortalecer estrategias para la reducción del riesgo de desastres y promover el desarrollo humano, social y económico.
La diplomacia climática debe integrarse en la política exterior y de seguridad, reconociendo la relación entre la adaptación al cambio climático, la seguridad y la migración. En ese contexto, recalcó que Panamá desarrolla mejores estrategias de adaptación al cambio climático global, como parte de sus compromisos con Naciones Unidas, reflejados en el Acuerdo de París y que responden a un concepto verde de la política exterior.
Además, se refirió al liderazgo de Panamá como uno de los tres únicos países del mundo carbono negativo, por el efecto sumidero de sus áreas boscosas, como sede del Centro Logístico de Asistencia Humanitaria (CLRAH), para la preparación y respuesta ante emergencias y desastre, el primero y único en las Américas y por la reciente creación del nuevo Instituto de Meteorología e Hidrología, como elemento clave para monitorear permanentemente la evolución del clima en la región, lo que ayudara a fortalecer los sistemas de alerta temprana y evitar potenciales crisis de seguridad en el futuro.
Durante el debate, moderado por Maria Fernanda Bozmoski, subdirectora de programas del “Atlantic Council”, la canciller Mouynes identifico también a la migración forzada, la pobreza y la desigualdad, como consecuencias indirectas del cambio climático, “un multiplicador de amenazas que agrava el hambre y la crisis migratoria” afirmo.
Sobre la migración forzada consideró importante abordar este problema transnacional de manera proactiva, integral y oportuna para evitar que se traduzca en una crisis humanitaria y recomendó la implementación de programas dirigidos a reducir la pobreza y la desigualdad de acceso a los recursos para incrementar la seguridad ciudadana y la gobernabilidad democrática. La Canciller invito a todas las naciones a trabajar en conjunto para afrontar estos desafíos comunes y prevenir consecuencias devastadoras.
Durante la charla, en la que también participaron Selwin Charles Hart, asesor especial del secretario general de Naciones Unidas sobre Acción Climática y Anthony Phillips-Spencer, embajador de Trinidad y Tobago en Estados Unidos, se destacó el papel de Panamá en la conectividad de la región centroamericana y caribeña.
Para la canciller panameña, el cambio climático como una “amenaza existencial” que afecta en mayor o menor grado a todos los países de todos los continentes, “si no actuamos ahora sufriremos graves consecuencias en el futuro”.
Las Naciones Unidas ha incluido a América Latina y el Caribe como la segunda región más propensa a desastres del mundo. Desde el año 2000, esta zona ha experimentado más de 500 inundaciones y 300 tormentas, que han causado daños estimados en más de 39 mil millones de dólares.