Panamá recibió hoy el respaldo general de los países del continente convocados en la primera reunión de alto nivel sobre migración irregular, que concluyó con el acuerdo de un próximo encuentro operativo para dar respuestas urgentes a este fenómeno emergente.
La próxima cita pactada responde a las coincidencias señaladas por los participantes, reunidos de forma virtual por invitación de la cancillería panameña, que identificaron la necesidad de compartir información puntual y homologada y cooperar en la atención integral que requieren los migrantes en su paso hacia el norte, que debe ser seguro y ordenado.
La génesis y el diagnóstico acertado de este fenómeno, que registra un aumento creciente desde países extracontinentales y a lo largo del continente americano, será un punto primordial de la agenda de trabajo propuesta, que incluye un seguimiento técnico por parte de las autoridades diplomáticas, migratorias y de seguridad.
Este será el primer marco regional para entender y atender esta migración aún poco comprendida y robustecer los compromisos que brindarán continuidad a instrumentos que permitan erradicar gradualmente las rutas migratorias peligrosas.
El encuentro multilateral también ha propuesto por primera vez analizar la complejidad de la migración irregular en el continente, brindar respuestas a la situaciones cambiantes y apremiantes en las fronteras compartidas y plantear soluciones definitivas que permitan el traspaso de información y flujos migratorios seguros y controlados.
“Gracias a nuestros esfuerzos, hoy, el mundo dirige su mirada hacia la migración irregular del ‘Triángulo sur’, un problema que no es solamente panameño, sino de toda la región y que destaca entre el conjunto de movimientos masivos de personas”, añadió la anfitriona y Canciller de Panamá, Erika Mouynes, durante el encuentro, que calificó como un “hito histórico sin precedentes”.
Como referencia, la ministra panameña señaló que sólo en enero de 2021 llegaron a Panamá alrededor de mil migrantes irregulares, mientras que, el pasado mes de julio, el número se elevó a casi 20,000.
“Para Panamá esta es una situación preocupante que requiere soluciones sostenibles en el tiempo, con la participación de todos los países que forman parte de esta ruta, sean de origen, paso o destino. Necesitamos el apoyo de la comunidad internacional”, indicó.
En la reunión, los directores de Migración de Panamá, Colombia y Costa Rica presentaron un informe del modelo de flujo controlado por cuotas que ya han establecido. Esta metodología de “frente común”, se explicó, puede servir de referencia como colaboración transfronteriza para brindar soluciones que respondan directamente a las necesidades y limitaciones de cada uno de los países.
Al finalizar el debate, Panamá abogó por un enfoque humanitario ante la migración irregular, que se aceptó por consenso, e instó al resto de los países a actuar en conjunto y en consecuencia con las convenciones internacionales que garantizan los derechos humanos de las personas en movimiento.
A la convocatoria panameña acudieron la canciller y vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez; el canciller de Costa Rica, Rodolfo Solano; el canciller de Brasil, Carlos F. França; el canciller de Ecuador, Mauricio Montalvo; el canciller de Chile, Andrés Allamand; el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard; el ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá, Marco Mendicino; el vicecanciller de Perú, Luis Enrique Chávez; y, la subsecretaria de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos de Estados Unidos, Uzra Zeya.
Con esta iniciativa, Panamá se coloca a la altura de un nuevo desafío regional, fiel a sus principios y a su histórico papel como país de encuentro y de diálogo entre las naciones del mundo.