Estimados Jefes de Estado y delegaciones.
Extiendo mis saludos a la Presidenta de la Asamblea General, Maria Fernanda Espinosa, a quien deseo reconocer por ser la primera mujer latinoamericana en ocupar esta alta posición de las Naciones Unidas; Al Secretario General, Antonio Guterres, por su renovado compromiso con esta organización.
Al pueblo panameño, desde esta tribuna, le agradezco una vez más, haberme dado la oportunidad de servirles.
Regreso a esta Asamblea por séptima vez y con esta participación cierro un capítulo como Jefe de Estado y en unos meses abriré uno nuevo como un ciudadano más del mundo, pero decidido a continuar apoyando los esfuerzos de esta institución, luchando por la paz y la justicia social, siguiendo el ejemplo de grandes líderes como Nelson Mandela y Kofi Annan.
En estos años he sido testigo de debates y esfuerzos de la ONU por buscar la armonía en el mundo. Algunos de los líderes a quienes escuché en este recinto, ya no están con nosotros. Unos partieron en paz y otros en condiciones violentas.
Hemos logrado metas ambiciosas desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta el compromiso por cumplirlos en el año 2030; quedan muchos retos pendientes, como la paz en Siria. El tema de esta Asamblea nos lleva a la siguiente reflexión: ¿Estamos haciendo lo suficiente como líderes para lograr que esta organización tenga un impacto real en la vida de las personas? La respuesta está en el compromiso de quienes estamos encargados de dirigir los destinos de nuestros países.
Esta institución fue fundada sobre el convencimiento de que los líderes del mundo deben ser capaces de guiar el camino que nos lleve a resolver pacíficamente nuestras diferencias. Pesa sobre quienes acudimos a esta convocatoria anual la responsabilidad de que el sueño por la paz y la fraternidad se convierta en realidad. Esa paz que no solo la amenazan las armas sino también las injusticias, la pobreza, el hambre, la inequidad y la falta de oportunidades a nuestra gente.
Por eso, como parte del compromiso que asumimos al adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible como una política de Estado, en 4 años, nuestro gobierno ha caminado con paso firme hacia el cumplimiento de los mismos: Hemos reconstruido ciudades completas; y más de 100 mil familias panameñas tendrán una nueva vivienda para que sus hijos tengan acceso a una vida digna.
Hemos identificado las principales enfermedades que afectan a nuestros ciudadanos mediante un censo de salud masivo el cual nos permite suministrar el tratamiento de salud preventiva. Estamos transformando el sistema de educación panameño para que sea bilingüe, convirtiéndolo en uno más equitativo. Más de 6,000 maestros panameños se han capacitado en el exterior para enseñar el idioma inglés y se están construyendo más de 3 mil nuevas aulas para nuestros estudiantes. Además, fortalecimos el sistema de educación técnica superior.
Me llena de orgullo compartir con ustedes, que en estos momentos un grupo de maestros panameños están enseñándole inglés a niños sirios refugiados en el campamento de Satari en Jordania. Con una inversión récord, estamos dotando de sistemas modernos de saneamiento a diversas ciudades del país y construyendo nuevas plantas potabilizadoras que amplían agresivamente la cobertura de agua potable.
Somos el país en Latinoamérica con la mayor inversión en movilidad urbana – con 2 mil kilómetros en nuevas carreteras, 22 kilómetros de metro que pronto entrarán en operación y 26 por iniciar construcción.
Redujimos en un 50% la inseguridad, rescatamos miles de jóvenes de bandas delincuenciales y fortalecimos las capacidades de nuestra fuerza pública.
Panamá es un país distinto al que recibí en el 2014. Ante todos los panameños y ante el mundo, hoy puedo decir con la frente en alto que hemos cumplido al transformar la política en un servicio, reconstruyendo nuestra democracia, haciéndola funcional para nuestras futuras generaciones.
He gobernado mi país en paz, con diálogo y consenso, utilizando la fuerza del Estado únicamente para proteger al pueblo y no para enfrentarlo.
He cumplido con la palabra que di el primer día de mi mandato: luchar frontalmente contra la corrupción y que nadie esté por encima de la ley.
Quedan muchos retos por delante. El Sistema Judicial aún tiene desafíos importantes para asegurar que no exista la impunidad.
Hemos trabajado incansablemente para fortalecer nuestras instituciones y consolidar nuestra joven democracia, respetando y apoyando a las autoridades electas de todos los partidos políticos y sus comunidades, aumentando sus capacidades económicas.
El próximo año, Panamá celebrará sus séptimas elecciones en democracia, con un organismo electoral que ha probado ser garantía para un sufragio transparente.
Gracias a la reforma electoral profunda que respaldamos, esta será la campaña más justa, corta y transparente que se celebrará en la historia de nuestro país.
Por primera vez, el Estado tendrá la total responsabilidad en el financiamiento de las campañas mediáticas.
Seguimos consolidándonos como un país de unión con una fuerte conectividad aérea que se consolida con un nuevo aeropuerto; Una conectividad marítima que se fortalece con su canal ampliado y nuevos puertos. Y una conectividad humana, donde nuestra posición geográfica y facilidades como un nuevo centro de convenciones y un nuevo puerto de cruceros jugarán un papel importante.
Contamos con una plataforma logística y financiera al servicio del comercio mundial, que hemos defendido y protegido para que no sea utilizada para nada ilegal.
Hemos sido testigos de la exitosa culminación de la ampliación del Canal que representa los principios de nuestro país por su capacidad de unir al mundo, por su permanente neutralidad y apertura al comercio mundial.
Esta vía interoceánica fue recuperada por los panameños gracias a los tratados del Canal de Panamá, y a la decisión valiente de un ser humano sencillo, el ex Presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter a quien hoy públicamente le reconozco ese compromiso que cambió el rumbo de nuestra nación.
Pasamos por situaciones complejas que afectaron la imagen de nuestro país – pero pudimos salir adelante, bajo el principio de que la justicia se convierte en una injusticia cuando afecta al inocente y demostramos al mundo que el éxito de nuestro país y de su economía está sólo vinculado al trabajo honesto de nuestro pueblo.
En estos años trabajamos para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible sacando a más de 150,000 panameños de la pobreza reduciendo 5 puntos porcentuales del 25 al 20%; Mantuvimos un crecimiento económico promedio del 5%;
Reforzamos el sistema de protección social para los adultos mayores y estudiantes; Mejoramos significativamente la infraestructura hospitalaria, educativa y la escolaridad, el acceso al agua potable, la educación y la vivienda; También, hemos recibido de manera digna a decenas de miles de ciudadanos de otros países que han buscado en nuestra tierra un mejor futuro para sus familias.
Fuimos testigos de la crisis migratoria de más de 100,000 haitianos que salieron a Brasil a raíz del terremoto. Estando en Brasil, debido a la crisis económica que sufrió este país se vieron obligados a volver a migrar. Muchos perdieron sus vidas en el camino.
Reconozco el liderazgo que Chile asumió en la solución de esta tragedia humana recibiéndolos en su país. En el rostro de Juan, un niño africano de 7 años que hoy vive sólo en Panamá porque perdió a su madre caminando en las montañas entre Panamá y Colombia, veo la imagen trágica de la migración.
Ese niño marcó en lo más profundo de mi corazón el compromiso de que los países debemos manejar los flujos migratorios en forma ordenada, respetando siempre el derecho que tienen los seres humanos de buscar mejores condiciones de vida.
Miles de migrantes de otros continentes cruzan nuestra frontera con Colombia a través de la peligrosa selva del Darién, arriesgando sus vidas en busca de la esperanza de hacer sus sueños realidad.
Las lecciones aprendidas de estas crisis migratorias nos obligan hoy a reiterar el llamado enérgico al gobierno de Venezuela para que recuperen el diálogo político y en democracia encuentren la paz social que evitará que continúe la migración masiva y la crisis humanitaria de venezolanos buscando tener acceso a sus necesidades básicas.
Estos movimientos migratorios sólo se resuelven eliminando las causas que obligan a los ciudadanos a salir de sus países, arriesgando su seguridad y la de sus familias. Esto es un reto importante de esta organización.
Hemos participado activamente en la construcción del Pacto Global por una Migración Segura, Ordenada y Regular que será adoptado este año en el seno de esta organización con el objeto de contribuir al marco global para enfrentar estas crisis, desde nuestra experiencia.
Los países tenemos la responsabilidad de desarrollar políticas que permitan el manejo controlado de estos flujos migratorios, con respeto a la dignidad humana. En los próximos días, Panamá estará anunciando medidas humanitarias que apoyarán a las familias venezolanas que residen en nuestro país.
Panamá es una mezcla de ciudadanos que han venido de todas partes del mundo que han encontrado en esta hermosa tierra su nuevo hogar.
Hemos aprendido a vivir en paz, respetando todas las creencias religiosas, ideologías políticas y pensamientos. En esta era de la comunicación y las redes sociales no hay espacio para la discriminación de ninguna clase. Todos somos ciudadanos de este planeta, esta es nuestra casa.
Las denuncias de violaciones a los derechos humanos y de las libertades fundamentales de los hermanos nicaragüenses pueden generar otro flujo migratorio en Centroamérica.
Reitero el llamado al Gobierno de Nicaragua y a los actores sociales para que en el diálogo político encuentren la paz.
En 2015, Panamá fue el anfitrión del acercamiento histórico entre Cuba y los Estados Unidos.
Desde aquí, reiteramos el llamado a que se retome este camino y se reconozcan los pasos que ha dado el gobierno de Cuba para la apertura de su sistema económico que beneficia a los cubanos y al desarrollo económico y social de la isla.
Quiero destacar que, aunque nuestro continente está en paz, la crisis política de Venezuela; el aumento de la producción de drogas en Colombia; la corrupción que ha afectado tantas economías de la región y la tensa situación en Nicaragua son retos que exigen a los dirigentes políticos de la región a redoblar esfuerzos para encontrar caminos de avenimiento que devuelvan la paz social a estos países.
En la lucha contra el narcotráfico, Panamá re enfocará su estrategia, en donde no sólo nos concentraremos en la interdicción de drogas y arresto de delincuentes sino en la reconversión de comunidades y personas para que corten sus vínculos con los grupos ilegales y sean leales al Estado.
Ratificamos nuestro compromiso de estar en la primera línea de las naciones que, junto a los organismos multilaterales, trabajan por un mundo mejor;
Por ello en el mes de noviembre con la presencia de los Cancilleres de Centro América y el Caribe, estaremos inaugurando el Centro Logístico Regional de Asistencia Humanitaria.
Panamá pone al servicio de la Región su conectividad para atender desastres naturales y emergencias que se den en el continente.
Señoras y Señores:
Respetando los sistemas de gobiernos, siento que el futuro de la política no será sólo cómo se obtiene el poder sino cómo se usa este para el beneficio del pueblo.
Convencidos de la necesidad de contribuir en la construcción de un mundo más justo y pacífico, Panamá trabaja para ampliar su agenda bilateral con países del Sudeste Asiático, Medio Oriente, África, Australia y China, como una manera de acercarnos al mundo y cumplir con ese rol de país generador de puentes.
En los últimos 10 años, he tenido la oportunidad de visitar más de 40 países, y conocer de primera mano mejores prácticas, tecnología y programas de cooperación que hemos podido utilizar en mi país.
De esto se trata la diplomacia: utilizar nuestras capacidades para ayudarnos los unos a los otros y no destruirnos. Así estamos desarrollando un monorriel con tecnología japonesa, un metro con trenes franceses, educación técnica superior con el modelo de Singapur y plantas generadoras de energía eléctrica a base de gas natural con tecnología norteamericana.
Siguiendo esa vocación de ser puente del mundo, Panamá será sede de la Jornada Mundial de la Juventud en enero de 2019.
Un encuentro que con la presencia del Papa Francisco busca congregar a cientos de miles de jóvenes de 192 países, en torno al objetivo común de la paz para construir un mundo mejor, superando las barreras culturales y religiosas.
Me despido de esta Asamblea General con la consciencia en paz por haber usado el poder político recibido del pueblo sólo para su beneficio, luchando en todo momento porque el éxito de Panamá no sólo sea para nosotros, sino el de todos.
Hoy, deseo manifestar ante todos ustedes y ante el mundo mi compromiso de continuar trabajando como un ciudadano responsable del mundo junto a mi pueblo y a todas las naciones por el fortalecimiento del sistema de las Naciones Unidas, de todos sus organismos y para que los habitantes de este hermoso planeta siempre sean el centro de todas nuestras luchas y esfuerzos.
Para terminar, quiero compartir con ustedes el orgullo que siento de haber contribuido en el fortalecimiento de la vocación de mi país de ser puente de paz, de diálogo y justicia social.
Muchas gracias