El 20 de agosto se celebró, en Panamá, el Día del Diplomático, para recordar el natalicio del Dr. Ricardo J. Alfaro, quien alcanzó grandes ejecutorias en el campo de las relaciones internacionales y el derecho internacional.
Considero oportuno hablar de esta profesión, que se practica en todo el mundo y cuya labor silenciosa afecta la vida de muchos nacionales y su desarrollo socioeconómico. A las personas que me preguntan ¿cuál es mi profesión?, les contesto que “soy diplomático panameño”, entonces, me miran con rostro incrédulo y me vuelven a preguntar: ¿cómo se puede aspirar a un puesto de tan alta responsabilidad?
En Panamá para ser diplomático y representar al país en el exterior, como servidor público del Estado, se deben tener estudios, principalmente, la licenciatura en Relaciones Internacionales o maestrías y postgrados en temas internacionales. Además, con las reformas del año 2015, de la Ley 28 del 7 de julio de 1999, que dicta la Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores y se establece la Carrera Diplomática y Consular, se permite que otras profesiones, como la de política internacional, aspiren a los cargos públicos.
Es importante, destacar que la carrera tiene una serie de escalafones que permiten ascender según la preparación académica, los méritos y las competencias, cuyo orden se inicia de la siguiente forma: tercer secretario, segundo secretario, primer secretario, segundo consejero, primer consejero, ministro consejero y embajador.
Además, en esta profesión todo servidor público también forma parte del servicio consular en los siguientes rangos: agente consular, vicecónsul, cónsul y cónsul general.
Los concursantes deben pasar por exámenes rigurosos de historia, política exterior, cooperación internacional, organismos internacionales, negociación, idiomas extranjeros, cultura general y comercio exterior. Los ganadores son los mejores de sus grupos.
Desde la promulgación de la ley, en 1999, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá ha realizado varios concursos, el primero fue en 2003 cuando se eligieron a 10 terceros secretarios; en 2006 se eligieron 10 más; en 2009 se llenaron otras cinco plazas; en 2013, una plaza y, en 2016 se seleccionó a otros 27. Estos últimos cumplieron con la novedad de pasar un interesante entrenamiento de cuatro meses, en la Academia Diplomática, Ernesto Castillero Pimentel, para un total de 53 nuevos profesionales con la gran tarea de representar a nuestro país en el servicio exterior.
Hacia el futuro, se vislumbra abrir otras 100 plazas para funcionarios de carrera diplomática y consular. Esto beneficiará a los profesionales panameños que aspiren a pertenecer a este grupo, altamente preparado en la carrera más exigente, académicamente hablando, del ámbito nacional.
Hay varias universidades locales que ofrecen estudios internaciones como la Universidad de Panamá, la Universidad del Caribe y la Florida State University.
Panamá es una nación globalizada, por lo que los profesionales del ramo, especializados cada uno en diversas áreas, tienen la gran tarea de defender los intereses de sus connacionales ante el Estado receptor.
Considero que es importante promover y planear la carrera diplomática, para así contar con los mejores profesionales que se encargarán de desarrollar la política exterior, bilateral y multilateral; la cooperación internacional, y desarrollar una diplomacia cultural, comercial y las estrategias de turismo, en la búsqueda de oportunidades para atraer la inversión y el desarrollo socioeconómico de Panamá.