Con la Declaración de Panamá y una serie de comunicados especiales, entre ellos, el levantamiento del bloqueo económico a Cuba por parte de los Estados Unidos y la reanudación de las negociaciones entre Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, concluyó la Cumbre Iberoamericana.
La Cumbre acogió la propuesta presentada por Cuba y aprobó un comunicado en el que destaca la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero, incluida la aplicación de la Ley Helms-Burton, la norma estadounidense que da continuidad al embargo económico a la isla caribeña.
Los mandatarios iberoamericanos reafirman la defensa del libre intercambio y de la práctica transparente del comercio internacional «resulta inaceptable la aplicación de medidas coercitivas unilaterales».
Unas medidas que, según el comunicado, «afectan el bienestar de los pueblos, su acceso y disfrute pleno de los beneficios de la cooperación internacional en todas las esferas y obstruyen los procesos de integración».
La cumbre reitera así el rechazo a la aplicación de leyes y medidas «contrarias al Derecho Internacional» como la Helms-Burton y exhorta al Gobierno de Estados Unidos a que ponga fin a su aplicación.
También reclaman que cumpla con lo dispuesto en las 21 sucesivas resoluciones aprobadas en la Asamblea General de Naciones Unidas y ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra la isla caribeña.
En cuanto a las Islas Malvinas, los Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica instaron a la Argentina y el Reino Unido reanudar a la mayor brevedad posible las negociaciones encaminadas a encontrar una solución al conflicto en torno a las Islas Malvinas.
En un comunicado, los mandatarios reclaman una pronta solución a la disputa de soberanía sobre las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, en el marco de las resoluciones de Naciones Unidas.
En el texto se destaca además «la permanente vocación al diálogo demostrada por Argentina».
En relación con las «acciones unilaterales de exploración y explotación de recursos renovables y no renovables» que lleva a cabo el Reino Unido en las Malvinas, recuerdan los llamamientos de la comunidad internacional «a abstenerse de adoptar decisiones que entrañen modificaciones unilaterales en la situación de las Malvinas» de conformidad con la Resolución 31/49 de la ONU.
El documento señala asimismo que «el refuerzo de la presencia militar» en el área de disputa «resulta incompatible con la política de apego a la búsqueda de una solución por la vía pacífica».
En este sentido, mencionan las sucesivas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas que instan al secretario general a que lleve adelante «gestiones» para que se reanuden las negociaciones para encontrar una solución pacífica.