Panamá apoya plenamente la Declaración de Nueva York para los refugiados y migrantes y sus anexos, ya que hace una reflexión completa y profunda sobre las causas que llevan a las personas desplazadas a movilizarse como migrantes o buscando refugio, y establece una hoja de ruta para contrarrestarlas.

De esta manera, el Presidente Juan Carlos Varela dejó por sentada la posición del país sobre la migración y los esfuerzos que se deben poner en ejecución para hacerle frente, durante su participación en la Mesa 5: Pacto Mundial para una migración, segura, regular y ordenada hacia el logro de la agenda 2030 y el respeto de los derechos humanos de los migrantes.

En esta Declaración,  los jefes de Estado y de Gobierno prometen que protegerán a cabalidad los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes, sin importar su estatus, y que respetarán las normas internacionales vigentes en ese ámbito y expresan su solidaridad con los millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares y reconocen los riesgos a los que se enfrentan.

El Mandatario enfatizó que Panamá se encuentra plenamente comprometida con la aplicación cierta y efectiva del derecho internacional en materia de derechos humanos y protección de migrantes y refugiados, según sea el caso.

Por ello,  dijo Varela, su administración apoya  los esfuerzos nacionales, regionales y multilaterales que garanticen la protección de cada ser humano que sea parte de pequeños o de grandes desplazamientos de migrantes y refugiados, procedentes de diferentes partes del mundo, incluyendo el continente americano.

Expresó que los movimientos de migrantes y personas en búsqueda de refugio, se dan en medio de situaciones con profundas connotaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas y de seguridad, que afectan en forma directa a los Estados involucrados.

Responsabilidad compartida

El Presidente reiteró que Panamá, como un país esencialmente de tránsito, en cuanto a flujos de personas, considera que además de aplicar todas las normas internacionales en el tratamiento de migrantes o refugiados, es necesario fortalecer la noción de responsabilidad compartida de los países involucrados, para garantizar las condiciones adecuadas para la protección de estas personas, en especial de aquellas con mayor grado de vulnerabilidad.

Varela dijo que en los últimos meses Panamá ha visto un incremento considerable de las poblaciones migrantes que transitan hacia países del norte.

«En vez  de una migración segura y ordenada, durante los últimos meses hemos visto cómo se han incrementado los flujos migratorios irregulares que transitan por nuestro país, incluyendo mujeres embarazadas; mujeres y niñas que arriesgan e inclusive pierden sus vidas al cruzar por trochas, ríos y territorios selváticos de difícil acceso, en su ruta hacia el norte de nuestro continente», reflexionó Varela.

Medidas tomadas por Panamá

Para hacerle frente a esta situación, Varela mencionó que el Gobierno de Panamá, actuando de manera responsable, en cumplimiento del Derecho Internacional y las leyes migratorias, ha tomado medidas adicionales para ofrecer una atención humanitaria adecuada a todos los migrantes irregulares en condiciones vulnerables, aplicando estrictos controles de salud, migración y seguridad, a través de una Operación que hemos denominado «Flujos Controlados».

Entre estas medidas, mencionó la creación de albergues temporales de corta estancia; se ampliaron las capacidades de los albergues existentes en áreas fronterizas; y se reforzaron las medidas sanitarias, ofreciéndole atención médica y vacunaciones a los migrantes irregulares. Así como el fortalecimiento de la política nacional con miras a combatir la trata y el tráfico de personas, reforzando los operativos y las medidas de seguridad en la ciudad capital y nuestras áreas fronterizas.

El Mandatario reafirmó el compromiso del Gobierno de Panamá de seguir garantizando un trato humanitario a todos los migrantes que se encuentran bajo nuestra jurisdicción.

Instó a todos los Estados que sean parte de las Naciones Unidas a que sellan un pacto mundial «por y para» los migrantes y refugiados, motivados por la solidaridad humana y la responsabilidad de proteger el principal derecho humano que es el derecho a la vida.

«Ha llegado la hora de actuar y hacer todo lo que esté a nuestro alcance, no sólo para garantizar un trato digno a todos los migrantes sino también para erradicar la violencia, la falta de oportunidades y la desesperanza que originan estos grandes desplazamientos de seres humanos alrededor del mundo», puntualizó el presidente Varela.