Una reflexión sobre cómo las mujeres son las más afectadas en esta crisis global generada por la pandemia y cómo convertirlas en gestoras de la recuperación, a cargo de la canciller Erika Mouynes inició el conversatorio “Las mujeres como factor y fuerza transformadora en tiempos de crisis socio cultural, ayer y hoy”, organizado por la Academia Diplomática de la cancillería, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
En sus palabras introductorias, la ministra de Relaciones Exteriores exteriorizó que este es el momento perfecto para poner a prueba los paradigmas que tiene el mundo sobre la igualdad de género y de alzar la voz para que las mujeres estén en el centro de la agenda. Planteó que la crisis global actual hace que las agendas sean impulsadas completamente por los Estados: por lo cual las políticas de reactivación deben reincorporar criterios de género en la selección estratégica de los sectores, los mecanismos y los instrumentos fiscales y la reorientación de los incentivos.
Haciendo eco de estas palabras, la catedrática, Yolanda Marco, deshiló estudios que muestran como aquellos países que incorporan la equidad de género como eje central en sus políticas públicas son transformados económicamente. Manifestó que no es un tema de respetar los derechos humanos de la mitad de la población, sino una herramienta para el desarrollo económico de las naciones.
Seguidamente la también catedrática Urania Urango se refirió a la importancia de reconocer que existe un problema, y de trabajar juntos en resolverlo. La crisis, planteó, agudizó el desmejoramiento que han estado experimentando los derechos de las mujeres a través de los tiempos, por lo cual se hace indispensable robustecer la confianza ciudadana en un tema que conecta e impacta todos los ámbitos de la vida humana.
La jornada culminó con la intervención de la catedrática Briseida Allard explicando cómo la pandemia de la Covid-19 profundizó las desigualdades de género existentes y abordó el impacto de la violencia de género en las llamadas nuevas guerras que enfrenta el mundo para la mitigación y recuperación de la crisis.
Las panelistas coincidieron en la importancia de una revolución en la educación que cambie los roles de género que encasilla a mujeres y hombres en papeles limitantes; revalorización de los trabajos del cuidado como un sector potenciador de empleo que contribuye al desarrollo sostenible y la igualdad de género; acceso y desarrollo tecnológico real en el ámbito educativo y laboral, así como políticas efectivas de violencia de género en todos los ámbitos.