La igualdad de género como elemento fundamental para el desarrollo planteó la Vicepresidenta y Ministra de Relaciones Exteriores, Isabel de Saint Malo de Alvarado en el evento paralelo a la VII Cumbre de las Américas organizado por ONU Mujeres sobre los Avances de las Mujeres en las Américas.

La Jefa de la diplomacia Panameña señaló que en el tema de la VII Cumbre de las Américas “Prosperidad con Equidad”, quedaba implícita la necesidad de incorporar la necesaria igualdad entre hombres y mujeres a sus contenidos y reflexión.

Además, recalcó que la fecha elegida para celebrar esta Cumbre permite destacar la conmemoración de los 20 años de la aprobación de la Declaración y Plataforma de Acción en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995.

La Vicepresidenta y Canciller indicó que se han registrado avances históricos en los últimos veinte años, aunque siguen siendo lentos e insuficientes en ese sentido citó la falta de homogeneidad en la participación política y la paridad, las preocupantes brechas salariales, las condiciones de precariedad laboral y falta de protección social para las mujeres.

Además advirtió sobre las altas tasas de violencia que sufren las mujeres y niñas en la región, el incremento de embarazos de mujeres adolescentes, la falta de corresponsabilidad en las tareas del cuidado o una cultura discriminatoria con marcados estereotipos por razón de género.

En América Latina y el Caribe las mujeres conforman el 49% del total de la fuerza laboral ocupada, pero la mayoría de estas mujeres que trabajan (hasta un 54%) lo hacen en el sector informal de la economía y dentro de ella, en las ocupaciones y sectores menos rentables. La brecha salarial entre hombres y mujeres en América Latina alcanza un 17%, o dicho de otra manera, las mujeres sólo ganan el 83% de lo que gana un hombre sin distinción de nivel educativo, edad o tipo de empleo; esto es, las mujeres ganan menos que los hombres por trabajo de igual valor. Por otra parte, en nuestro continente, las mujeres que salen a trabajar y que aportan recursos económicos para sostener a sus familias dedican a la tarea de cuidado familiar un promedio de entre 8 a 15 horas más a la semana de trabajo no remunerado.

El hecho de que la ocupación más importante para las mujeres en América Latina sea la de trabajadora doméstica (14 de cada 100 mujeres en promedio) revela la gran demanda de cuidados que no pueden asumirse de manera individual por las propias mujeres o los hogares. La profesionalización de este trabajo así como su dignificación y reconocimiento social es un elemento más para avanzar en la prosperidad y equidad a la cual aspiramos en esta Cumbre, precisó la Vicepresidenta y Ministra de Relaciones Exteriores.

Finalmente, resaltó los espacios de encuentro entre países como la Cumbre de las Américas, que Panamá auspicia, con todos los actores implicados (sociedad civil, gobiernos, parlamentos, sector privado y otros estamentos) de eliminar las desigualdades de género en beneficio de una sociedad más justa, más equitativa y más eficaz en la materialización de derechos para todas las personas, como un elemento fundamental para el desarrollo de los países.