Por primera vez Panamá gana un espacio como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siendo además el país más votado con un total de 157 votos, para ocupar una de las tres vacantes disponibles para América Latina y el Caribe.
Se trata de un reconocimiento al rol histórico que Panamá ha jugado en el mundo como un país conciliador, y un justo reconocimiento a las políticas y programas que el gobierno panameño ha venido impulsando.
“Panamá no solo está devolviendo al país la dignidad en materia de Derechos Humanos, sino que está ahora tomando un papel de liderazgo y ejemplo en la región al respecto, y hoy el mundo entero lo ha reconocido”, apuntó la Viceministra de Asuntos Multilaterales y Cooperación, María Luisa Navarro, quien viajó a Nueva York para esta importante votación.
La reinstalación de comisiones nacionales de Derechos Humanos, una mejora en la calificación de Panamá en la lucha contra la trata de personas, el reconocimiento a los pueblos originarios de Kuna Yala y Emberá, la adopción de una ley que rige el mecanismo contra la tortura, son solo algunos ejemplos que ponen de manifiesto los esfuerzos del Gobierno de la República de Panamá por garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos en el plano local.
En la agenda internacional, Panamá ha demostrado su apoyo irrestricto a las Naciones Unidas y otros organismos de orden multilateral que abogan por la resolución pacífica de los conflictos, así como ha migrado a una política de diálogo abierto con las instancias internacionales en materia de Derechos Humanos.
La membresía de Panamá al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se logró gracias al esfuerzo de los colaboradores de la Cancillería panameña y el Servicio Exterior. La misma se hará efectiva a partir de enero de 2016 y por dos años, y será el Embajador de Panama ante la ONU en Ginebra, Ramón Morales, el encargado de representar a Panamá durante las reuniones.