NACIONES UNIDAS – La Misión Permanente de Panamá ante las Naciones Unidas comunicó tanto al Presidente de la Asamblea General, S.E. Nassir Abdulaziz Al-Nasser, como al Secretario General, S.E. Ban Ki-moon, al igual que a los 192 Estados Miembros y Observadores que componen la Organización de las Naciones Unidas, el sensible fallecimiento del ex Presidente Jorge E. Illueca Sibauste, quien fue tres veces Embajador, Representante Permanente ante las Naciones Unidas, Presidente del Consejo de Seguridad en cinco ocasiones, y Presidente de la 38ª Asamblea General en 1983.

Ante este lamentable acontecimiento, esta Misión Permanente abrió un libro de condolencias al cual asistieron los Embajadores a expresar su pesar. Plasmaron sus comentarios los Embajadores de Japón, República Dominicana, Hungría, la Santa Sede, entre otros, en donde recordaban la extraordinaria labor del Embajador Illueca y su impacto en el ámbito internacional.

Muy significativas fueron las palabras del Embajador de Chipre, quien recordó el papel asumido por el Embajador Illueca en liderar al Grupo Latinoamericano en pro de la causa chipriota y en apoyo al Arzobispo Makarios.

Asimismo, el Embajador de Argentina lamentó el fallecimiento y expresó la eterna gratitud que el Gobierno y el pueblo de Argentina tiene a Panamá por su apoyo en 1982 del Embajador Illueca, tanto en el Consejo de Seguridad como en la Asamblea General por la situación del conflicto con motivo de las Malvinas.

El Embajador de Zambia expresó sus condolencias y le expresó al Embajador Thalassinós que, para los Estados Africanos, el Doctor Illueca será siempre considerado un campeón de los países pequeños y pobres.

El Doctor Illueca ocupó la Presidencia de la República entre el 13 de febrero de 1984 y el 11 de octubre del mismo año; cargo que desempeñó con rectitud, humildad, sabiduría, decoro y sentido de Patria.

El impacto nacional e internacional del legado del Doctor Illueca marca el trayecto de una vida ejemplar, así como la de un notable hombre público, de hablar pausado, profundos pensamientos e ideales incólumes. Fue un abnegado hijo, respetuoso esposo, ejemplar padre, juicioso ciudadano y un digno ejemplo del foro nacional y del servicio público.