La República de Panamá se unió a los más de 160 países que adoptaron el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, en Marruecos, en presencia de Jefes de Estado y de Gobierno, así como Ministros y altos funcionarios de alrededor del mundo.

Para Panamá, como un país de tránsito de migrantes, cobra especial relevancia la adopción de un pacto que busca contribuir a que los flujos migratorios se den de manera segura, ordenada y regular, para garantizar así la seguridad nacional. El mismo no impone medidas migratorias a ningún país, por el contrario, prioriza sobre todo la soberanía de los Estados para gestionar sus fronteras y sus políticas migratorias. Así, el Pacto es compatible con las leyes migratorias panameñas, que priorizan los intereses nacionales y el respeto a los derechos humanos de todos los migrantes.

Aunque no es vinculante, el instrumento pone de relevancia la necesidad de la cooperación internacional  para  reducir la migración ilegal y garantizar la protección de los derechos humanos de los involucrados, y se convierte en un instrumento sin precedentes que crea un marco integral de medidas no obligatorias para hacer la migración más segura y digna para los migrantes.

El documento  cuenta con consensos importantes respecto a la protección de los  migrantes y establece las  bases para continuar el debate en el sede de las Naciones Unidas y, fortaleciendo el multilateralismo, al abrir el diálogo necesario para afrontar los desafíos asociados con la migración,  respetando la soberanía de los países y promoviendo  una  mayor cooperación y un enfoque común para el manejo de las migraciones en todas sus dimensiones.