El Ministerio de Relaciones Exteriores, como parte  de la  Comisión Insterinstitucional de Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada de Panamá, considera un significativo paso la  firma del  Acuerdo de Cooperación para el Fortalecimiento de las capacidades y las medidas para Prevenir, Desalentar y Eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDR), entre  la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) y la FAO, como mecanismo para  fortalecer  el compromiso de elevar la gestión sostenible de recursos pesqueros y acuícolas del país.

A través de este Acuerdo, la FAO ofrecerá acompañamiento técnico a Panamá para la formulación participativa de una estrategia nacional para la implementación de las Medidas del Estado Rector del Puerto (MERP), mecanismos de articulación entre las instituciones vinculadas y un fortalecimiento en las capacidades de las mismas instituciones.

Firmaron el documento la Administradora General de la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá, Zuleika Pinzón y Tito E. Díaz, Coordinador Subregional de la FAO para Mesoamérica, con la asistencia del Director General  de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Lorenzo Rivera.

En el mundo se estima que la pesca ilegal suma capturas de hasta 26 millones de toneladas al año, lo que equivale a cerca de 23 mil millones de dólares, con consecuencias negativas ambientales, sociales y económicas. Algunas de las actividades más habituales de la pesca INDNR son operar sin la debida autorización, capturar especies protegidas, utilizar artes de pesca ilegales, y  no respetar las cuotas de captura.

De acuerdo a la FAO, la pesca y la acuacultura representan un medio de vida para un importante porcentaje de la población y un sector estratégico para generar recursos económicos y para alcanzar las metas globales de desarrollo sostenible.  Panamá es uno de los países con más alto consumo de pescado en América Latina y el Caribe con un promedio de 13 kg por persona por año. Actualmente, el 95% de la actividad pesquera de Panamá se desarrolla en aguas del Océano Pacífico y los productos más estratégicos son los pequeños pelágicos: anchoveta y arenque; el camarón marino, pescado de escama, atún y langosta espinosa.